1º de mayo de 2.011
En esta celebración del primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, los militantes cristianos que trabajan en la Pastoral Obrera de Burgos, nos sentimos cercanos a las alegrías y a las angustias de los trabajadores y trabajadoras, especialmente de quienes a causa de la pérdida o regulación de su empleo, o de soportar condiciones injustas en el trabajo, se ven imposibilitados de llevar una vida digna, llevándolos incluso a la pobreza.
En este año queremos seguir llamando la atención sobre la crisis económica del sistema financiero que estamos padeciendo, una crisis que también es moral, ética, humanitaria. Un escenario altamente corrosivo para el digno desarrollo de la vida que en Burgos afecta de más de 27.535 personas y sus familias, que no tienen trabajo. A finales de 2010 teníamos más de 1.300.000 hogares con todos sus componentes en paro. Mientras tanto, los bancos dejaron sin vivienda a más de 200.000 familias.
Las estadísticas nos hablan de que las medidas establecidas en la reforma laboral no están dando los resultados que se plantearon, sino que han supuesto un paso más en la vulnerabilidad que sufren las mujeres y los hombres del trabajo, especialmente los más empobrecidos. También vemos con preocupación la reforma del sistema de pensiones, que alarga la edad de jubilación y no favorece la creación de empleo para los más jóvenes, cuyo índice de paro supera el 42%. La celebración en nuestro país de la Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad para hacerse eco especialmente de esta realidad de los jóvenes. ¿Cómo alcanzarán las actuales los años de cotización?
Cuando está a punto de celebrarse el 30 aniversario de la publicación de la encíclica Laborem Exercens y celebramos la beatificación de Juan Pablo II, autor de dicha encíclica, queremos proclamar la plena vigencia de su apuesta por la dignidad del trabajador; de la obligada subordinación de la economía al desarrollo de la persona; y del respeto innegociable por toda persona, imagen de Dios, en cualquier escenario socioeconómico que se pueda dar. “Porque la Iglesia está vivamente comprometida en esta causa, porque la considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo para poder ser verdaderamente la Iglesia de los pobres”.
“Y los pobres se encuentran bajo diversas formas, aparecen en diversos lugares y en diversos momentos; aparecen en muchos casos como resultado de la violación de la dignidad del trabajo humano: bien sea porque se limitan las posibilidades del trabajo – es decir, por la plaga del desempleo-bien porque se deprecian el trabajo y los derechos que fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salario, a la seguridad de la persona del trabajador y su familia”. (Laborem Exercens, 10).
Celebremos el 1º de mayo de 2011 con todos los trabajadores y sus organizaciones, y hagámoslo denunciando a los culpables de la crisis y de la pérdida de trabajo; a los que echan pesadas cargas sobre los más pobres; a los que hacen que muchas personas vivan con angustia, sin seguridad… Pero también, anunciando que hay esperanza si somos capaces de comenzar a pensar y vivir de otra manera, organizar y orientar el trabajo productivo para que colabore en la humanización de las personas, ya que el trabajo, por su tenencia o ausencia, sigue siendo la clave de la cuestión social.
jueves, 28 de abril de 2011
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